Comentario
La observancia rigurosa de los ritos y la guerra son las principales competencias de Estado, consideraba en los siglos V-IV a.C. el compilador del "Zuozhuan". En la antigüedad china, las campañas militares se desarrollaban de manera cíclica, en periodos determinados del año, para evitar que el combate se produjera en circunstancias adversas, al tiempo que se salvaguardaban las actividades agrícolas, a las que los soldados estaban dedicados en tiempos de paz, ya que la mayoría de los integrantes de las tropas eran campesinos. Las tropas de élite estaban compuestas por miembros de la aristocracia, que luchaban en función de un código de honor.
A partir del siglo VI a.C. la nobleza guerrera dejaba paso a las imponentes legiones de infantería al servicio de jefes sin escrúpulos, apoyados por la caballería y las fuerzas de carros de combate, introducidos durante la dinastía Shang. Estas fuerzas de combate eran generalmente mercenarios que se vendían al mejor postor, convirtiéndose en auténticos señores de la guerra.
En época imperial, el Ejército fue potenciado por el Estado, estando en condiciones de movilizar a lo largo de sus fronteras cientos de miles de hombres perfectamente adiestrados y equipados. Las armas se mejoraron y se hicieron más sofisticadas. Junto a las lanzas, hachas y alabardas encontramos arcos, ballestas y espadas, sin olvidar complejas maquinas de ataque y defensa montadas sobre carros. Los soldados se protegían con armaduras, formadas por piezas de cuero de forma rectangular, enlazadas entre sí para constituir una estructura flexible y eficaz ante el ataque enemigo. A finales del periodo Zhou se cubrieron con piezas de hierro, que aumentaban la eficacia defensiva, aunque también las hacía más pesadas.
El paso del tiempo hizo que las armaduras fueran más elegantes y funcionales, extendiéndose también la protección a los caballos. En época Tang se hace referencia a seis tipos en metal y seis en cuero, todas ellas decoradas y pintadas.
La guerra fue teorizada durante el periodo de los Estados Combatientes, dedicándole numerosos tratados, entre los que sobresale el "Sunzi bingfa" manual escrito por Sunzi. En el tratado se explica, a lo largo de trece capítulos, todos los aspectos que se deben considerar antes, durante y después de la batalla. El escritor emplea un lenguaje repleto de metáforas y símiles, aunque al mismo tiempo claro y contundente, convirtiéndose en uno de los primeros tratados de estrategia de la historia.